Sorpresivo pase del dirigente socialista
"No podemos mantenernos neutrales", dijo; secundará a Alberto Fernández a pesar de las críticas del PS
Es un dato histórico: el peronismo es un gran fagocitador de otras fuerzas políticas. Los conservadores entre los ‘60s y ‘70s, los intransigentes en los ‘80s y los liberales en los ‘90s son una muestra palpable del poder depredador del justicialismo en su recorrido por el arco ideológico. Ahora, además de los despojos del radicalismo, la nueva víctima de lo que Juan Domingo Perón llamó la “política pendular” parece ser el centenario Partido Socialista.
El socialismo bonaerense acaba de autorizar a una de sus principales espadas, el ex diputado opositor Jorge Rivas, para que acepte el ofrecimiento de secundar a Alberto Fernández en la Jefatura del Gabinete de Ministros. Hasta ahora los seguidores del legendario Alfredo Palacios flotaban en la marea electoral con un único as en la mano: ser la fuerza que al asociarse con uno de los sectores en pugna les podía prestar el sello de representante del “progresismo”. Esa carta ahora adorna la chimenea donde el gobierno, que es justicialista, exhibe sus trofeos.
Rivas, discípulo de Alfredo Bravo y declarado “gorila”, denunció al gobierno en 2005 por “entregar electrodomésticos a cambio de votos”, hoy sostiene que el área en que trabajará “no está vinculada a los planes sociales” y que además “hoy hay un clima diferente”. En otras palabras, si se reparten electrodomésticos él no se dará por enterado en esta campaña, en la disfrutará del nuevo clima. Al menos hasta diciembre, aunque se supone que semejante salto -que lo equipara con Juan Carlos Lorenzo Borocotó y Gabriela Cerrutti- será con la promesa de recibir al menos un hueso si gana Cristina Kirchner
