jueves, 19 de julio de 2007

¡Qué lo parió!


Se murió el Negro Roberto Fontanarrosa, uno de esos tipos enormes al que todos sentimos como propio, como parte de nuestros afectos, aunque no hayamos tenido el gusto de charlar con él. Se murió culpa de una enfermedad hija de puta, y dejó en muchos lugares que uno transita a diario una sensación de tristeza, de garrón, que inevitablemente se transformó en sonrisa y añoranza cuando comenzamos a recordar las frases célebres que Inodoro Pereyra, el Mendieta o Boogie metieron en el breviario popular, o los maravillosos cuentos llenos de futbol, de minas y de códigos. Gracias por todo, Negro, o como diria Boogie, "sheet".

2 comentarios:

Orson Díaz dijo...

La tinta, cuando sangra, nos revela las almas.
Hay austeridades repletas de sentido.
No se fue.
No se va.

Daniel Casas dijo...

Coincido, Emilio, "no se va", gracias por la poesía. dc