El último presidente de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, no se detiene en su reinvindicación del capitalismo. Hace una década puso su imágen, no en forma gratuita, claro, para un comercial de Pizza Hut. Ahora volvió a prestar su calva manchada para una promoción de la exclusivisima marca de bolsos y carteras Louis Vuitton, cuyos productos tienen precios que son una afrenta para un mundo donde millones de personas mueren de hambre o viven en condiciones indignas. Sin caer en el facilismo de que con el comunismo estábamos mejor, cosa que al menos en este emisferio (salvo por Cuba) nadie puede afirmar y en el otro hasta donde se sabe es dudoso que sea una opinión mayoritaria, me pregunto: ¿Será esta la famosa fe de los conversos?
jueves, 2 de agosto de 2007
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